El paisaje agrícola de La Geria_ Lanzarote

Este paisaje tan espectacular se debe a un sistema de cultivo surgido a partir de las erupciones volcánicas producidas entre los años 1730-36, a consecuencia de las cuales los terrenos más fértiles de la isla quedaron cubiertos por lavas, escorias y cenizas volcánicas. Sin embargo, pronto se descubrió que estas capas de ceniza volcánica (lapilli) tienen la capacidad de retener la humedad atmosférica, proteger las plantas del sol y evitar las malas hierbas. En la zona próxima a Timanfaya se llega a espesores superiores a los 4 metros.

La inteligencia del sistema consiste en conseguir un aprovechamiento agrícola en un espacio con medias de precipitaciones anuales inferiores a los 200 mm, gracias a las propiedades de este terreno tan especial.

El método de construcción es relativamente sencillo: se excavan hoyos o calderas de 1 a 1,25 metros de profundidad o más y hasta 6 metros de diámetro, con el objetivo de aproximar los cultivos a los antiguos suelos fértiles y alcanzar la tierra y humedad bajo la arena. Alrededor de ellos se construyen muros o zocos de piedra volcánica perpendiculares a la dirección de los vientos dominantes que actúan como protectores de las plantas y también como contención de las tierras. Una hectárea de enarenado puede acoger entre 250 y 300 plantas.


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