"Hubo un tiempo en que la escucha era un arma de guerra. Antes de la invención del radar, el único modo de anticipar la cercanía enemiga era amplificando la escucha de susurros apagados y amenazantes. Se llegaron a construir enormes orejas de hormigón que atrapaban el bramido de bombarderos enemigos." Por Santiago de Molina
Hablar de participación en arquitectura es hacer que la población forme parte de las decisiones de su ciudad, y así hacer un entorno más amable y humano.No hay nada, no hay diseño en la Plaza Jamaa el Fna de Marrakech, una plaza abierta en el urbanismo islámico, pero ocurren infinidad de cosas noche y día, está activa, la población inunda ese espacio con un programa intermitente. La intersección de caminos, la tografrafía, las cosas que lo rodean hacen posible que este lugar palpite siempre. Sin embargo,cuando se pide colaboración ciudadana ,el clima de desconfianza por parte del ciudadano viene dado porque es bien sabido que habitualmente las encuestas no producen un cambio de dirección en la trayectoria de un organismo. Pero pese a esto las iniciativas que parten de la idea de escuchar son hoy muy numerosas. En muchos casos los propios ciudadanos ocupan ese lugar vacío y eso es lo mejor que puede ocurrir para que no se degrade ese lugar. Todos sabemos que depende de cada caso. Pero escuchar es una buena herramienta para el diseño y la programación de eses espacios.
Interés
Escuchar puede ser un buen ejercicio para hacer acupuntura urbano y regenerar tejido urbano.
La subversión , solo aparentemente, la estrategia de la subversión es ejercida por el usuario, pero desde el campo del proyecto se puede simular. De cualquier modo, siempre exige dos aptitudes a quien la practique: inocencia e imaginación.(Marraquech es subversión a gran escala, sentarse en un pasillo por determinadas consiciones es subversión a pequeña escala).
Tanto hacer acupuntura urbana como invitar a la subversión son elementos que surgen con saber escuchar.
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